Alusiones filosóficas

Filosofía

Comentarios respecto sobre temas o cuestiones filosóficas.

Hay, pues, que estudiar la teoría hegeliana con ciudado, no sea que, inconscientemente, se nos resbale una de sus afirmaciones y se aloje por ahí, se esconda y aceche hasta que un descuido la deje salir, haciéndose pasar por el propio pensamiento.

«Causa terror el vulgo si no teme» — Spinoza. Ética, IV/54e

También los hombres segregan lo inhumano. En ciertas horas de lucidez, el aspecto mecánico de sus gestos, su pantomima carente de sentido vuelven estúpido cuanto les rodea. Un hombre habla por teléfono detrás de un tabique de vidrio; no se le oye, pero se ve su mímica sin sentido: uno se pregunta por qué vive. Este malestar ante la inhumanidad del hombre mismo, esta caída incalculable ante la imagen de lo que somos, esta “náusea” como la llama un autor de nuestros días, es también lo absurdo. El extraño que, en ciertos segundos, viene a nuestro encuentro en un espejo; el hermano familiar y, no obstante, inquietante que volvemos a encontrar en nuestras fotografías son también lo absurdo.

Albert Camus. “Los muros absurdos”. En El mito de Sísifo: Ensayo sobre el absurdo. Buenos Aires: Losada, 2002. pp. 24-25

Las relaciones lógicas son las relaciones mundano‐ontológicas. La lógica es análizar al logos para entender su mundo‐significado.

Sobre lenguaje y filosofía, recuerdo sólo un dicho más estúpido que “no hay lenguajes privados”: “sólo en alemán y en griego se puede filosofar”.

Si partimos de la revelación primera del prójimo como mirada, hemos de reconocer que experimentamos nuestro incaptable ser-para-otro en la forma de una posesión. Soy poseído por el prójimo; la mirada ajena modela a mi cuerpo en su desnudez, lo hace nacer, lo esculpe, lo produce como es, lo ve como nunca jamás lo veré yo. El prójimo guarda un secreteo: el secreto de lo que soy. Me hace ser y, por eso mismo, me posee, y esta posesión no es nada más que la concienca de poseerme.

Jean‐Paul Sartre. El ser y la nada. 3, III. Buenos Aires: Losada, 1998; p. 455.

El tipo de consideración que sigue al principio de Razón es el racional, el cual sólo es válido y resula útil tanto en la vida práctica como en la ciencia; la perspectiva que aparte su mirada del contenido de ese principio es la propia del genio, la única que vale y es útil en el arte. La primera es la forma de ver las cosas propia de Aristótles, la segunda es en suma la propia de Platón.

Arthur Schopenhauer. El mundo como Voluntad y Representación. 1, III; p. 218.

Tampoco si existiera un conocimiento que haga inmortal, sin saber cómo usar la inmortalidad, tampoco habría utilidad de este conocimiento.

Sócrates‐Platón. Eutidemo, 289b.