Mi nuevo micro‐propósito: abrir mis interrogaciones sin cerrarlas en la escritura coloquial para que los que las cierran sin abrirlas vean qué gacho se siente; o por lo menos para hacer ínfimamente más simétrico el asunto.
Después del primero de julio —en un periodo de transición al que más convendría llamar una “post‐campaña”— el mensaje se ha mantenido; pero en vez de dejarlo llegar, la postura es “déjenme gobernar”. En esencia, la misma situación; es entendible porque, en esencia, la situación fáctica es la misma, aunque el panorama —que no el estado— político se vislumbre distinto.
La reunión de Andrés ayer con los representatnes electos de Morena (y la presentación de la agenda legislativa inmediata) es un viento refrescante que anuncia una nueva clase de entendimiento intra‐gubernamental: vigilancia e integridad, en vez de complicidad y corrupción.
…por otro lado, nos mandan a Monreal de coordinador en el senado.
¿Y para qué tantos malavarismos tratando de convertir a AMLO en el Trump mexicano? Si tanto quieren hallar un símil de su criatura en América Latina, no creo que les cueste tanto trabajo encontrar a Argentina en un mapa.
¡Juntos, hacemos historia!
Hoy hay que ir a las urnas. Podría ser la primera transformación del país que no pasa por las armas; podría ser el establecimiento de una era de verdadera democracia (que nunca ha habido en México); podría ser el comienzo de una era de dignidad y reconocimiento hacia un país visto siempre como un sirviente de quien le llegue al precio.… Pero lo que hoy nos toca es el comienzo.
Habrá que ver cómo dejaron la casa de El Nigromante… aunque no tengo un buen presentimiento.
Se estableció en todo el país una comodidad latricinia, un sexenio de hidalgo cuando los doce años del panismo se habían conformado con un mero saqueo. El robo de los gobernantes pasó de una impunidad silenciosa a un cinismo sonriente: “Sí merezco la abundancia” es el mantra que permea hasta el menor resquicio de la vida pública.
Pos’ora sí que como dice el dicho: “Cuando dios cierra una Frida‐Sofía, deja abierta una Frida‐🐕”
Tembló la tierra —otra vez, después del siete; otra vez, después de treinta y dos años— y México (ciudad, país) respondió. Respondió porque un golpe de este tamaño sacude las indiferencias.
Al final, fue Claudia Sheinbaum. En hora buena: La ciudad no aguantaría otros seis años de camaleonismo.
Si se piensa detenidamente, comprar más de cinco decenas de Dodge Charger, conventirlas en patrullas, estamparles el logo de “vigilancia ambiental”, y tripularlas con policías ambientales, es una síntesis perfecta del gobierno mancerista y de su cedemequis.
Rius y Jaime Avilés… por si hicieran falta malas noticias y malos augurios en este país, cada día más marchito.
- Mi padre era granadero y era re‐cuate del estudiante:
- Les daba pa sus granadas, les apostaba por el Atlante.
- Hoy les da para sus tunas por atrasito y por adelante;
- hoy dice que vive triste, pero prefiere ser ignorante.
Un capricho más de quienes se saben dueños de las rutinas, los cuerpos, las vidas ajenas; de los embriagados con un poder que no conoce límites. Unos asesinados. Estudiantes, esta vez; señoritas, señores… hombres de trabajo o de malicia, de honor o de gobierno cualquier otro día del año […]
El 12 de diciembre de 1998, hace quince años ya, aprobaron el que, entoces, era el robo más grande a la nación; para hoy se habrán superado.
Infeliz día de hoy, en que empezará su agonía final el demacrado cuerpo de la Revolución Mexicana. Infeliz país, que contempla impávido.
Olvídense de la soberanía nacional (y odien más el concepto de nación) […] piensen, como siempre lo han hecho los burócratas de la cultura y de las humanidades, en ustedes y en sus hobbys, y usen los espacios institucionales para tratar de convencer a los veinte escuchas de la sala de que su pasatiempo es importante y para convencerse a sí mismos de su delirio narcisista de que la sociedad los necesita para ser […] civilizada…