Y si alguien sabe qué estoy pensando ahora, ahora mismo, ¿cómo lo haría?, ¿cómo saber yo qué es lo que estoy pensando? ¿Y si alguien sabe, respecto de mí, algo que yo no sé?… Y después de tres tragos, a mover la cabeza.
“pa, pa; pa, pa, pa… pa, pa”. Qué bien se escucha todo lo que sale de su boca, qué bien todos los movimientos de su cuerpo ¡Qué bonito el enceguecimiento involuntario! ¡Cuántas personas, cuánta valía caben en una sola! Dos o tres pasos de baile, ¿es acaso un precio excesivo?… ¿Qué puedo decir yo! Y después de correr algunos metros uno puede caer y tropezar en el lodo, que es infame, que es inerte, al que le somos indiferentes (para el que no somos más —ni menos— que nada).
Y pues, nadie sabe. Años y otras cosas que no son años, pero que se les parecen; y bueno, a parte de eso, el mundo terminará y, aún sabiéndolo, la gente lo sirve, creyendo que se sirve. La solución es que se conozcan a sí mismos, pero, ¿cómo?
Tras un día, tras dos, tras algunas partes, tras la gente que no es gente y los animales que hablan. Un animal que habla no explica nada, sólo escupe y, tras escupir, se traga lo que ha escupido.
Alguien que grita, por otro lado, merece mucha más atención.
—λύω, λύω, λύω
—Sí, ¿qué soy yo, que estoy perdido?
—λύεις, λύεις, λύεις
—No, ¿quién eres tú, que no sabes que lo estás?
La pena y la que no es pena, Llorona: todo es pena para mí. Ayer penaba por verte, Llorona, y hoy peno porque te vi.
Y no hay forma que yo entienda en la que ocurra de otra manera, siempre lo que hago se condena a un irremisible dolor. El dolor es una exigencia, al parecer, de lo que vive, y el dolor más grande una condición del amor más grande. Pero, entonces, quien me ama sufre dolor por mi causa; lo último que me conviene es amar a quien me ama, pues causarle dolor al amado es un doble dolor; y, sin embargo, es inevitable.
«Es horrible querer tanto».
Una vez lo escuché de una persona de las mejores que habitan este mundo, injusto desde su nacer. Y, sin embargo, todo eso y más lo pago, porque el dolor no es pérdida (no se crea ni se destruye … ). El amar, en cambio, e incluso el ser amado, es una ganancia inmensa.
En el tiempo hay una parte vacía, que no es posible rellenar con llanto, por lo que es necesario rellenarla con una manía inconfesa de alcanzar el insondable infinito que implica la existencia de alguien más.
Y, ¿qué es esa cosa que pasa con nosotros? ¿Qué más da la vereda que se escoja para llegar al inevitable precipicio? Y, sin embargo, aquí estamos, firmes y decididos a encontrar algo que siempre se nos ha presentado como inexistente: la satisfacción. ¿Satisfacción de qué? No importa en absoluto: satisfacción de una carencia en cada caso (y si alguien se atreve a hacer la pregunta necia, la respondo: carecemos de todo, excepto de nosotros mismos, quiero decir, de nuestra compañía). ¿A dónde llevamos todo esto? ¿Por qué nos odian?
También se sabe que a las únicas personas a las que realmente podemos hacerles daño son a las que nos quieren, a las que confían en nosotros ¿Por qué confiar? ¿Por qué no? Es necesario para vivir; es, la mayoría de las veces, por pura comodidad, para ahorrarnos el trabajo que implica desconfiar. Obviamente, no les confiamos la vida, mi vida se la confío únicamente a ella, a quien no le puedo negar algo que no me pide, pero ahí mismo está la cuestión ¿Qué vale el que yo le dé mi vida, si no puedo no hacerlo? Y, antes que todo, perder, para siempre perder.¿Dónde, dónde, dónde está?
¿Quién puede decir?, ¿quién?… que hoy es un día en el que había que despertar; siendo verdad que ayer no se durmió, y, siendo más verdadero que lo anterior, el que no hay razón, ni hoy ni nunca, para abrir los ojos. Una ociosidad que te obliga a decir “estoy vivo”: pero no lo estás, ¿dónde lo estás?
Si yo fuera un caracol, cuán distinta que sería mi vida; tanto más feliz. Bla. ¿Y a quién le importa? ¿Y por qué yo, y justo yo, soy aquél cuya opinión menos vale para mí mismo? ¿Adónde van los canguros cuando mueren?
¿Quién puede decir?, ¿quién?… que hoy no es mañana y que mañana estamos vivos. ¿Y a quién le importa si vivimos? ¿Y qué vivir es el nuestro? ¿Y qué hay aparte de la vida? ¿Y qué significa lo que hay? ¿Y quién significa el significado? …………… Ayer hizo ocho días, ¿tantos?