Muy cagados y todo sus memes de Tlahuelilpan, nomás que se les olvida la intolerante indignación con la que exigían, gritando, “respeto” para las víctimas de los recientes temblores porque el paisaje desde las ventanas de sus coches no los dejaba tranquilos.

Habría que ver cómo cargarían en su cabeza el estruendoso grito de puro dolor, de súplica, de incesante terror que significa tener cada poro te tu cuerpo en llamas.

En fin, que no es graciosa su moral con anteojeras.